Una alerta roja de Interpol frustra la huida a Nicaragua del expresidente de Panamá Ricardo Martinelli
La copresidenta Rosario Murillo anuncia que ante la orden de captura su país, convertido en un refugio de condenados por corrupción, no recibirá al exmandatario

El expresidente de Panamá Ricardo Martinelli tenía todo preparado para irse a Managua este lunes 31 de marzo, después que el Gobierno de José Raúl Mulino le otorgara un salvoconducto para escapar del encierro en el que se encontraba hace más de un año en la Embajada de Nicaragua en Ciudad de Panamá bajo la condición de “asilado” . Desde su avión privado dispuesto sobre pista hasta con su perro Bruno, vestido con frac para caninos, estaba listos “para partir a la bella y hermana República de Nicaragua”. Sin embargo, a última hora, una alerta roja de Interpol frustró la huida del expresidente, condenado a 10 años de cárcel por desviar y blanquear dinero de contratistas de su Gobierno para comprar una editora de medios.
Este capítulo alarga más el destino de Martinelli, que se ha convertido –a juzgar por su especie de diario personal que publica en redes sociales– en una larga telenovela de la política criolla centroamericana, en la que el exmandatario no obtuvo de parte de su amigo y alfil, el presidente Mulino, lo que en realidad quería como pago por haberlo catapultado hacia la presidencia: la absolución y la libertad para quedarse incidiendo en la política canalera. En cambio, Mulino, luego de un año de negativa y encierro como asilado en la Embajada de los Ortega-Murillo, le concedió el salvoconducto por causas “humanitarias” para que se fuera a Nicaragua.
Beneficiado el jueves pasado con el salvoconducto, Martinelli –y su inseparable mascota Bruno– tenían cuatro días para partir de Ciudad de Panamá hacia Nicaragua, convertida desde hace años por la pareja “copresidencial” formada por Daniel Ortega y Rosario Murillo en un nido de expresidentes prófugos de la justicia, como los presidentes salvadoreños Salvador Sánchez Cerén y Mauricio Funes. Este último murió en Managua y en la impunidad en enero pasado.
Mientras los Gobiernos de Panamá y Nicaragua avanzaban con los trámites para concretar el viaje para este lunes 31 de marzo, la Policía Nacional panameña recibió una solicitud de alerta de Interpol contra el expresidente Martinelli. La había solicitado la jueza de la causa por la que fue condenado a diez años de prisión en Panamá, Baloisa Marquínez, a cargo también del juicio por Odebrecht, otro en el que el expresidente está acusado de lavado de sobornos y cuyo juicio está anunciado para noviembre.
El régimen de Ortega y Murillo avisó entonces a la Cancillería canalera que debía aclarar la situación, porque la condición del viaje era asilo. El Ministerio de Relaciones Exteriores de Panamá dijo que “ninguna alerta roja puede impedir el viaje del expresidente”, cuyo tope inicial era la medianoche de este lunes.
La respuesta de Managua
Finalmente, la Policía Nacional rechazó la solicitud de alerta roja contra Martinelli. “No se ajusta a los parámetros establecidos por Interpol a partir del 2014 y reafirmadas en el año 2017, que prohíben la emisión de alertas rojas sobre ciudadanos en condición de refugiados o asilados políticos”, publicó en un comunicado. A pesar de que tiene un asilado con orden de captura de Interpol –el expresidente de El Salvador, Sánchez Cerén–, de esa cuerda tiró Murillo cuando anunció que así no recibiría a Martinelli y aprovechó para quejarse del presidente de Panamá por “mantener una conducta hostil y de bloquear la participación de Nicaragua en la Secretaría General del Sistema de Integración Centroamericana (SICA)”.
“No comprendemos por qué las autoridades panameñas han otorgado salvoconducto y casi inmediatamente han emitido una solicitud de Alerta Roja por acciones criminales a Interpol. Esta conducta contradictoria pareciera una trampa legal que pretende complicidades y deslealtades ajenas al comportamiento político coherente con las Convenciones Internacionales, del Gobierno de Reconciliación y Unidad Nacional de Nicaragua”, cita el comunicado sandinista.
Este comunicado fue leído a mediodía de este lunes por la misma Murillo en sus habituales monólogos que realiza en su rol de vocera del régimen sandinista. “Denunciamos por lo tanto, las posiciones y actitudes absurdas de las autoridades de Panamá, posiciones que deberían enmendar de inmediato, ubicándose al lado de la corrección política y humanista. El Gobierno de Panamá, además, se ha caracterizado, desde que asumió el Presidente José Raúl Mulino Quintero, por desconocer, difamar y actuar contra el Gobierno de Nicaragua, en inmerecidas declaraciones ofensivas, y además, bloquear, en complicidad con otros países, el derecho de Nicaragua al Asiento que nos corresponde legítimamente en la Secretaría General del SICA”, agrega la comunicación.
Después del mensaje de Murillo, la Cancillería de Panamá avisó a Nicaragua de que la alerta emitida por Interpol fue rechazada y que la Corte está de acuerdo con el salvoconducto. Por la tarde, el Gobierno de Mulino apuró un comunicado en el que, además de eso, extendió la vigencia del salvoconducto por un plazo adicional de 72 horas, hasta el final del día jueves 3 de abril de 2025. De modo que el viaje y la telenovela protagonizada por Martinelli por ahora queda en suspenso.
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