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La Ama Tess hace sonar la campana, y su chico siete entra. Después de verificar que su rostro está adecuadamente limpio, Ella le recuerda su castigo pendiente por la erección no permitida. Ella le ordena que se acueste en la cama y toma su arma de elección, un látigo corto de una cola. La sentencia es de diez latigazos por cada erección, eso son cuarenta golpes del látigo. Ella comienza por su espalda, pero después de siete latigazos, Ella se da cuenta de que no contó correctamente y comienza de nuevo. Pronto, su espalda es un hermoso tono de rojo mientras Ella lo azota y le hace agradecerle cada vez. Después de veinte latigazos, el pobre chico ya está sollozando, pero esto no ha terminado todavía. La Ama Tess se mueve al lado opuesto para asegurarse de que su coloración sea uniforme. Al final, su chico está claramente luchando, y sin duda intentará evitar cualquier futura erección no autorizada.
Compra las otras partes de esta mini serie:<\/span>
Parte 1: Adoración de pies<\/a><\/span>
Parte 2: Cenicero humano<\/a><\/span>
Parte 3: Desayuno<\/a><\/p>"